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sábado, 25 de abril de 2015

De mujer Adivina a mujer de Dios ( Testimonio )



De bruja adivina a mujer de Dios

Dios Es Bueno

Sin saber qué hacía, le entregué mi vida al mismo demonio

Meses atrás una amiga, quien había sido también

curandera/espiritista, se había hecho cristiana en una iglesia local. Mi amiga, de hecho, ya casi la llevaban al manicomio cuando ella dijo: " Renunció a todo esto y le entregó mi vida a Cristo".

Desde que ella hablaba conmigo, yo tenía esa inquietud de "entregar mi vida"; y ahora

mi madre, pidiéndome que le entregara mi vida “al mono ese”… Lo hice sólo por compromiso… Mi madre me pidió que me acostara boca abajo, con los brazos primero extendidos, en forma de cruz, y luego recostada sobre mis manos en símbolo de oración o adoración. Me hizo recitar una

letanía en quién sabe qué idioma (la verdad, hay cosas que ella nunca me enseñó quién sabe por qué, y una de ellas era esta parte

“africana” de nuestra practica).

Después de eso sentí una paz “rara” dentro de mí. Mi madre me dijo que ahora que el espíritu del “mono ese”, al fin vivía en mí...

Pero esa noche después de cenar y estar con uno de mis clientes, un empresario hotelero local, me fui a dormir al cuarto de habitación de un lujoso hotel

, que él había rentado sólo para mí. Aquella noche me quedé profundamente dormida y tuve una horrible pesadilla: una lucha con un ser monstruoso, que no les quiero narrar todo eso, porque no quiero que alguien se ofenda, ya que en mi sueño vi, sentí y ese ser monstruoso me dijo cosas muy feas.

Tuve un sueño horrible, lo peor que me ha pasado en mi vida. No creo que jamás alguna mente sucia o criminal pudiera tener esas visiones o imágenes que yo vi esa noche. A parte de muchas cosas horribles y putrefactas: vi a algunas de mis amigas quienes (en ese tiempo, y aún hoy día, agosto de 2013) todavía siguen practicando brujería, hechicería, amarres, haciéndose pasar por mujeres de sociedad e infiltrándose como esposas de “pastores”, como “cantantes cristianas” o como mujeres religiosas de la sociedad. (Conste que las hay en muchas iglesias, no le estoy tirando a ninguna en particular), pero en mi sueño las vi fornicando con “hombres y mujeres de Dios”, haciendo cosas horribles y diabólicas, ¡cosas feas!; y mientras yo veía eso en mi sueño, ese ser monstruoso me decía nombres, y me decía lugares; y me decía fechas

, y me atravesaba el cuerpo con sus uñas gigantescas.

De repente, abrí los ojos y sentí que dos personas me sujetaban…

― ¡Calma, calma señorita! – decían…

Esa noche ese espíritu diabólico había venido a tomar posesión de lo que le pertenecía

Por

el espejo del cuarto pude ver que eran mujeres vestidas de policía o de guardia…En la puerta del cuarto había muchas personas hurgando con su mirada hacia

adentro. Mi cama estaba cubierta de sangre y

Un olor fétido, putrefacto llenaba la habitación

. Pude alcanzar a ver mi rostro en el espejo y lo tenía golpeado, hinchado, ensangrentado.

Miré hacia

la ventana y note que era de día. De hecho, ya parecía mediodía.

― ¿Qué está pasando? – pregunté. La voz casi ni me salía, sentía mi garganta adolorida…

― Pues… nada señorita, que desde

medianoche, se escuchaba mucho ruido en su cuarto: gritos, música como de tambores, carcajadas y gritos. Pensábamos que tenían una fiesta o algo así…

― Pero…pues… en esta empresa cuidamos la privacidad del cliente y no queríamos molestar o meternos, pero… pues ya es medio día señorita y se le venció el cuarto y el ruido continuaba y tuvimos que tocar la puerta, pero nadie abría y olía “retefeo”. Entonces pensamos que habían dejado el “estéreo” prendido… y por eso entramos…– dijo otra mujer vestida como empleada del hotel

. En eso entran otras personas. Algunas vestidas como paramédicos de la cruz roja.

― Usted no dejaba de gritar: “Babaluya, Babaluya…soy babaluya…”, ¿quién sabe qué quería decir?…

Mientras ellas hablaban me pasaron una toalla para secarme la sangre, y las manchas de [BORRADO]…

En ese momento

empecé a llorar…como loca… Sí, yo sabía lo que había pasado…Mi amiga, quien si es una verdadera cristiana, me había dicho que entregara mi vida a Cristo… pero yo le ofrende mi vida a un dios pagano. Esa noche ese espíritu diabólico había venido a tomar posesión de lo que le pertenecía.

Estaba aterrada. Antes había tenido horribles pesadillas, pero no como esta. Esta no fue una pesadilla, fue una visita al infierno. Partes

de mi cuerpo estaban lastimadas e hinchadas. Tenía que ver a un doctor, no podía caminar. Estaba muy hinchada y adolorida. Tenía que hacer algo…

No podía continuar así

Lo que hice: pedí el teléfono del hotel y llamé a mi amiga que me había hablado de Cristo. Yo peleaba con ella porque yo no quería nada con la religión, sin pensar que yo misma convencía a la gente de que creyeran en la religión de la brujería, pero mi amiga me decía, que hablando de Cristo no se trata de “religión” o “iglesia”… se trata de conocer a alguien

, de manera real y personal. ¡Ah! Y vaya que yo acababa de tener un encuentro real y personal

, pero con un ser diabólico que quería matarme.

Mi amiga y su madre me recogieron en el lobby del hotel y me llevaron a su casa. Al rato llegaron unas señoras, quienes se unieron al caso. Les platiqué mi experiencia, y ahora

ellos me pidieron que entregara mi vida a Jesús y renunciara a la brujería, la santería, el ocultismo.

Miren amigos, yo no estoy diciendo que los que practican esas cosas sean gente mala, no, yo de hecho, me creía una persona buena. Pero lo que quiero decir es que ellos -sin saber- esclavizan a la gente de un poder que está

más allá del alcance de ellos. Es el poder satánico que enferma, enloquece, esclaviza.

En la sala de la casa de mi amiga, también hubo una lucha con ese poder que no me quería dejar ir, pero Cristo me liberó. Ahí mismo, dentro de mí escuché una dulce voz que me dijo: Yo he venido para

que tengas vida y vida en abundancia…

Personalmente

, he decidido dedicarme a otras cosas; y obviamente, abandoné esa “profesión” porque las cosas satánicas son tan feas, que no creo que le hago bien a nadie platicando y explicando “rituales” y experiencias de esas en las iglesias. Ni vendiendo libros ni grabaciones de mi “testimonio”, yo no quiero hablar del diablo ni de sus obras, quiero hablar de Jesús. Espero que me entiendan. Y ahí les dejo esto, y se van a acordar de mí, miren: las verdaderas mujeres que se dedicaron en serio a la brujería y que se han entregado a Cristo, no andan vendiendo libros, ni cobrando por contar sus historias en las iglesias. Todo lo contrario. Somos muchas las que hemos encontrado a Cristo, pero hemos encontrado MUCHÍSIMA OPOSICIÓN, de aquellas que han infiltrado el cuerpo de Cristo con el fin de llevarse a muchos a la perdición. Yo no podría predicar de Cristo, rodeada de lujos y presumiendo la sensualidad que antes mostraba, y menos dentro de una iglesia. Cuidado con los falsos maestros, con los falsos convertidos.

Dios los bendiga.

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